La atención de personas dependientes puede suponer una situación complicada para muchas familias. La conciliación con la vida laboral, la falta de recursos económicos o encontrarse en una situación de desamparo suelen ser los motivos principales que dificultan la plena atención de sus necesidades. Por esta razón, existen numerosas organizaciones preparadas para ofrecer este tipo de servicios con el fin de mejorar la calidad de vida de estas personas.
Así, la pregunta que muchos familiares se realizan dada esta situación es ¿cómo buscar a una persona de confianza, preparada para garantizar todos los cuidados de nuestro ser querido?
En este post describiremos una serie de indicadores que os ayudarán a responder esta cuestión y las competencias necesarias del cuidador/a de personas dependientes. Un perfil profesional que requiere formación especializada, como la que se imparte en nuestro curso Experto en Atención a Personas Dependientes.
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Cuidados de las personas dependientes
Con objeto de ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad, que necesitan ser atendidas para desarrollar sus necesidades vitales, como vestirse, ducharse o comer, entre otras, en 2006 fue publicada la Ley de Dependencia. Según esta Ley se clasifican tres grados de dependencia:
- Grado I, dependencia moderada. La persona necesita una asistencia puntual, una vez al día, como puede ser levantarse de la cama o acostarse.
- Grado II, dependencia severa. Aun sin requerir una atención las 24 horas, necesita apoyo varias veces al día.
- Grado III, gran dependencia. Cuando por pérdida total de la autonomía ya sea física, mental, sensorial o intelectual necesita una atención permanente, para que le ayuden a realizar todas sus necesidades del día a día.
Competencias del cuidador/a de personas dependientes
Antes de seleccionar al candidato o candidato es importante que se tengan claras las necesidades de nuestro familiar. Las necesidades de una persona con cierta discapacidad pueden ser diferentes a la de una persona mayor con demencia, por ejemplo. De modo que se requiere cierta formación para atender este tipo de patologías.
El perfil profesional más demandado suele ser el de auxiliar de enfermería o geriatría pero, además, es importante optar por una persona que presente también ciertas habilidades sociales como:
- Paciencia, sobre todo con personas mayores
- Amabilidad
- Empatía
- Respeto
- Discreción
- Predisposición para el cuidado de terceros
También es recomendable pedir ciertas referencias y experiencia profesional antes de decantarnos por una persona u otra.
Tareas más comunes de un cuidador/a
Su labor principal es la de mejorar la calidad de vida de la persona dependiente y procurarle un bienestar tanto físico como psicológico. Así, las tareas principales que desempeñan son:
- Efectuar traslados o aumentar la movilidad del paciente
- Asistencia en la realización de las tareas domésticas
- Ayudarle en su higiene personal
- Compañía
- Acompañamiento fuera de casa
- Control de su medicación
- Primeras curas
- Medicación en conflictos
Estas son los principales indicadores a tener en cuenta cuando se requiere la asistencia de un cuidador/a en el hogar. Sobre todo, lo más importante son la formación especializada y el interés por ayudar a los demás.